lunes, 8 de enero de 2007

Los pingüinos salen del cascarón

Ayer se vivieron horas de expectación para muchos. Unos primerizos, otros más experimentados, pero todos igual de nerviosos, a eso de las doce conocieron la respuesta a sus ambiciones de futuro. Quizás los que más expectación provocaron en los medios, más que los propios puntajes nacionales, fueron los líderes del movimiento que a comienzos de año sacudió al gobierno, las cabezas de la llamada Revolución Pingüina. No quiero hacer leña del árbol caído, sino más bien actuar en su defensa, pues muchos quizás esperaban algo más de los jóvenes que tuvieron contra las cuerdas al gobierno, durante todo el primer semestre.

Para empezar, recalcar que la PSU no es algo definitivo, es más bien una foto de un momento, y nunca se debiera entender como un examen de inteligencia. La prueba es un examen de conocimientos específicos, no de madurez ni tampoco de razonamiento. Además es sabido que distintos factores, tanto sicológicos como fisiológicos son determinantes a la hora de la verdad.

Sus habilidades como líderes no debieran ser puestas en duda, un líder es quién logra que otros trabajen a su favor, y no el más inteligente o capaz dentro de un grupo. Ejemplos de estos hay muchos, cierto presidente de un país caribeño que prefiero no nombrar es claro y otras figuras de la historia, aún menos alegres, confirman este hecho. Para no ir tan lejos, muchos de los actuales líderes de nuestro país no son precisamente unas lumbreras, y tampoco para estar en su lugar es requisito serlo. Un buen líder debe ser capaz de movilizar a su equipo como estime necesario a fin de conseguir metas predeterminadas. La capacidad de estos jóvenes para movilizar a sus pares parece más que probada, ahora cabe la duda de si realmente consiguieron sus objetivos. Quizás así fue, si pensamos que su principal objetivo fue poner sobre el tapete las deficiencias en educación del actual sistema chileno.

Ahora ellos mismos son la prueba viviente de las fallas de las reformas, de un sistema que teniendo una materia prima de primer nivel no logra explotarla y convertirla en un producto de calidad. Un sistema que no logró que estas mentes, jóvenes y poderosas, accedieran a una educación de nivel. Toda una generación de líderes pérdida, luchando por tener lo que han probado merecer.

Álvaro Gatica Salas

2 comentarios:

argatica dijo...

sé que hay gente que lee eso, lo veo en el contador, lo que no sé es por qué no opinan :(

Anónimo dijo...

Quizás se deba a que no están en condiciones de responder, o simplemente, les da paja, la mentalidad del chileno es fuerte y la regla del mínimo esfuerzo sigue imponiéndose en nuestro país.